Mucho se está discutiendo sobre los posibles escenarios tras los pasados comicios del 20 de diciembre, y a donde nos llevarán. Y es en este frenesí de noticias y análisis que nos bombardean, que viene a mi mente el conocido principio de la "navaja de Ockham", el cual viene a decir que ante una pluralidad de causas para explicar un hecho incierto, siempre es preferible adoptar como correcta la causa más sencilla, frente a la más compleja.
Si Guillermo de Ockham hubiera nacido en esta España, algo diferente a la que él debió de conocer en el S. XIII, y sufriera este baile de posibilidades, negociaciones y encajes, qué escenarios contemplaría, y ¿Cuál de ellos sería el más sencillo?
Lo que sabemos hasta ahora es que los escenarios más probables son:
1. Rajoy es presidente, en segunda votación parlamentaria, gracias a la abstención de PSOE y Ciudadanos. Escenario que parece invalidado tras el rotundo NO de Pedro Sánchez a esa posibilidad. Aunque ya se sabe que "donde dije digo..." y más en política.
2. Ambos partidos en cuestión se abstienen si el PP cambia de candidato de cara a la última votación en el Congreso. Aquí aparecería entonces la figura de la actual vicepresidenta en funciones, Soraya Sáez de Santamaría, a quien Rajoy ya le dio alas dejando que le reemplazara en el "debate a cuatro". El PP se estaría pegando, no un tiro en un pie sino en la misma sien.
3. Un gran pacto entre PP y PSOE, lo cual reforzaría la imagen negativa que estas elecciones han demostrado y que del bipartidismo tienen la mitad de los españoles. Reforzaría el mensaje de los partidos emergentes, y sería la mejor imagen del mapa y marco mental que éstos últimos han logrado trasladar a la ciudadanía durante estos meses. Además, en España no existe cultura de grandes pactos, y pese a las grandilocuentes llamadas al mismo por parte de muchos analistas, gurús e iluminados mediáticos, este es un escenario harto improbable. Sobre todo entre el electorado socialista, que lo vería como una traición.
4. El candidato socialista es investido Presidente con el apoyo de Podemos y la abstención de Ciudadanos, impulsados los morados por el voto anti Rajoy y anti derecha, y los naranjas por su ansia exacerbada de evitar un escenario de elecciones, en las que tendría todas las papeletas para precisamente perder muchas en las urnas, y por tanto diputados, y por tanto peso político de cara a esta clave e histórica legislatura que se nos presenta.
5. Convocatoria de nuevas elecciones.
Apropiándome, un poco más, de la arrolladora figura de quien ha establecido uno de los principios que más se han usado en el campo de las ciencias (Estadística, matemáticas, sociología, economía, física, etc.), vamos, que su navaja parece suiza de lo manida y multiusos que es, ¿Cuál creo que es el escenario más sencillo si diseccionáramos este enrevesado contexto con dicha navaja?
En mi humilde opinión, y así lo publiqué el mismo día de las elecciones y lo transmití en las radios que quisieron saber mi opinión, dicho escenario es la convocatoria de elecciones. Estamos asistiendo a una puesta en escena que cada día cobra más tintes electorales de cara a unas próximas elecciones, ya que los propios actores ven más factible esa posibilidad. Cada día que pasa, este escenario pesa más sobre las propias negociaciones que pretenden, paradójicamente, evitar dicha eventualidad.
Abramos los ojos:
Al Partido Popular le beneficia unas nuevas elecciones, puesto que se vería beneficiado del ligero bocado de inestabilidad que la opinión pública está degustando, gracias a la ayuda también de los medios afines. Es una manera de que aquí a marzo, la sociedad le vea las orejas al lobo, y en unos próximos comicios actúe con responsabilidad sabiendo, ahora un poco mejor, cómo podrían ser los próximos cuatro años (Si se completara la legislatura). Si a esto le añadimos una campaña comunicativa basada en la inestabilidad, ingobernabilidad, "italianización", (Pobres italianos, ni que fueran la peste) y empleas un uso ambiguo de los datos económicos... Si la prima de riesgo sube o los datos económicos no son buenos, ya se sabe cuál será el culpable, la inestabilidad insensatos! y si aparecen buenos datos e incluso se crea empleo de modo considerable, vaya, qué lástima que ahora los sacrificios dan sus frutos y seríamos igualmente unos insensatos si no siguiéramos aplicando, cuatro años más, estas políticas que han recuperado el país. He aquí pues, el argumentario popular para los próximos tres meses. Y esto no es baladí si nos ponemos en la piel del votante tradicional popular que se quedó en casa o votó a Ciudadanos. Por ello, no creo que el PP vaya a esforzarse mucho en las negociaciones, e incluso algunos barones y estrategas del Partido ya empiezan a apuntar seriamente a que ahora hay que jugar con vistas a ese escenario, e incluso propiciarlo. Yo, si fuera Rajoy, rezaría para no salir presidente ahora. Total, ahora mismo tiene más que perder que ganar.
Veamos la situación de Pedro Sánchez. En una nueva llamada a las urnas, probablemente tendría mucho que perder, y según pasan los días, el que más. Partido dividido, pérdida de liderazgo, y posible incoherencia ya sea apoyando a Rajoy, ya sea cediendo a la línea roja en forma de referéndum catalán establecida por Podemos. Quizás sea el que por tanto, más desea/necesita ser presidente, pero menos bazas tiene para lograrlo. De lograrlo, se estaría suicidando políticamente hablando. ¿Alguien se imagina como sería su gobierno, débil, sin aliados, y con el Partido Socialista dividido? Debería reconvertir su estrategia de cara a unas nuevas elecciones. Y lo cierto es que nunca aprende, en todas los comicios siempre tropieza con la misma piedra, la mala estrategia. (Invito a los lectores a repasar análisis previos en mi blog).
Podemos, el partido que nuevamente mejor anticipa y se adapta al nuevo escenario. Seamos sinceros y reconozcámoslo:
1. Saben que mejorarían sus resultados, de hecho les faltó una semana para adelantar al PSOE.
2. Este nuevo escenario provocaría una polarización inevitable del voto entre PP y Podemos, y ambos se beneficiarían en la provocación de tal evento.
3. Ahora mismo está provocándolo, poniendo exigencias que sabe que nadie puede cumplir. De ese modo, la culpa de porqué la izquierda no se ha unido, será de otros, y fieles ellos a la esencia de la izquierda, reclamarán el liderazgo de la misma en unas nuevas elecciones.
Ciudadanos, el partido que no se quiere adaptar porque es el que más claro tiene lo que va a ocurrir, y el que a toda costa está desesperado por evitarlo. Solo hay que escuchar las declaraciones de Rivera, en las que no ha tardado en desdecirse y justificarse para decir que apoyará un pacto de gobernabilidad, siempre en aras de la estabilidad y el mejor interés de España. Pero básicamente, lo que ocurre es que en los sondeos, que ya se están realizando, quizás ya sepan que van a la baja, Son los que, más claramente, han provocado una percepción de perdedores tras las elecciones. Yo mismo auguraba al inicio de la campaña que podrían ser segunda fuerza, pero si a Podemos le ha faltado una semana, a Ciudadanos le ha sobrado la campaña. No tienen aún equipo ni estructura territorial, han tenido que parchear, y esas dos semanas les pasaron factura ya que quedaron patentes dichas debilidades, las cuales se multiplicarían de nuevo en una nueva campaña, y lo saben
Así pues, ¿Alguien duda de que asistiremos a una nueva fiesta de la democracia después de marzo?. Yo, no, pero como cualquier adivino de medio pelo, dejaré abierta la puerta a otras opciones para luego excusarme en que ya había advertido que... quizás, si el beneficio de ser presidente en las próximas semanas se haga más grande, que haya un pacto mayor que se nos escape, el efecto de una nueva convocatoria electoral en Cataluña, o que aparezca un OVNI y nos obligue, en aras de la estabilidad planetaria, a que alguien gobierne ya mismo, entonces, solo quizás tengamos presidente y dejemos a la altura del betún a Guillermo de Ockham y su navaja suiza.