Desde hace meses, se viene
debatiendo sobre si los gallegos seremos llamados a las urnas próximamente en
el caso de que Feijóo, finalmente se anime a adelantar las elecciones
autonómicas, cosa que cada vez parece más probable, teniendo en cuenta la
erosión que las medidas de recorte del Gobierno de Rajoy están generando en los
populares gallegos, y el desgaste va en aumento. Además la oposición está sin
rumbo, los nacionalistas, fragmentados y divididos; y los socialistas, aún están
decidiendo cuál será su líder para recuperar el gobierno gallego. El escenario
pues, es propicio para un adelanto electoral.
Esto último puede ser la gran
baza con la que cuente el Presidente de la Xunta para revalidar mandato. No
obstante, puede desvanecerse dicha ventaja, si por el contrario, la ciudadanía
observa una alternativa poderosa y con posibilidades reales de ofrecer un
cambio.
Y en este posible escenario,
muchos miran a Pepe Blanco como el candidato idóneo. Siendo realistas, y al
margen de lo que finalmente ocurra con su involucración judicial en el caso
Campeón, Blanco sería un excelente candidato. Su paso por el importante
Ministerio de Fomento le permitió proyectar en Galicia una imagen de impulsor y
defensor de los intereses gallegos en una materia tan sensible como son las
infraestructuras viarias, ferroviarias y aeroportuarias. Y este es un hecho
reconocido incluso entre el electorado del partido Popular. No lo digo yo, lo
dicen los estudios demoscópicos. Por tanto, Blanco y en botella…
José Blanco, tiene mayor y
mejor grado de conocimiento que el actual previsible candidato de los
socialistas, Pachi Vázquez. Que es más carismático, no lo digo yo, lo dicen las
encuestas. Y además lograría evitar la imagen de división interna que actualmente
sufre el PSOE gallego en diferentes frentes, el más importante, en la
agrupación viguesa.
Por tanto, el PP en Galicia
tendría serios problemas si finalmente Pepe Blanco decidiera dar un paso al
frente y presentarse como candidato a la Xunta. No obstante, deberá cuidarse
mucho de cómo le pueda salpicar judicialmente, y gasolineras aparte, el caso Campeón. Y también deberá observar
con quien se junta en una coyuntura como la actual, donde la gente desconfía
más de Rubalcaba que de Rajoy, precisamente por un pasado de gobierno
socialista en España, del que Blanco también fue partícipe. No lo digo yo, lo
dicen los sondeos de opinión.
Por último, quisiera
comentar que parece ser que el ex alcalde de Santiago, Bugallo, tendría un
papel relevante en esta posible nueva aventura política de Blanco. Yo me
pregunto, ¿Realmente le interesa rodearse de gente, que recientemente ha
perdido una alcaldía?
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